EL AUTOR

JEAN GENET

Novelista y dramaturgo francés, cuyas obras, tomaba como referencia tanto los aspectos pintorescos como grotescos de la existencia humana, expresan una profunda rebelión contra la sociedad y sus convenciones.
Fue hijo de padre desconocido, abandonado por su madre siendo muy pequeño, y recogido posteriormente por una familia de campesinos del pueblo de Morvan. Pronto entro en reformatorios y cárceles, desde donde empezó a escribir sus obra narrativa y teatral.
Alistado a la legión extranjera, deserto rápidamente y recorrió varios países ejerciendo el robo, la prostitución y el contrabando. Finalmente volvió una vez mas a la cárcel.
Jean-Paúl Sartre y Jacques Cousteau encabezaron una petición al presidente de Francia, a la que se sumaron numerosos intelectuales y artistas franceses, que libró a Genet de una casi segura cadena perpetua.
Genet, calificado de “autor Maldito” ya que sus libros se adentran en el odio, la traición o la homosexualidad, pero también crean un mundo de una intensa originalidad literaria. Como autor dramático renovó la escena mundial con: Las criadas (1947), Estricta vigilancia (1949), El balcón (1957), Los negros (1959), los biombos (1961). Estaba vinculado claramente al teatro de “LA CRUELDAD” de Antonin Artaud: elige a los personajes entre los marginados de la sociedad y crea una estética en la que el sacrilegio y el principio de la crueldad y la maldad, aparecen como una forma personalísima de religión y vinculación con lo trascendente. Una estética uncida de poesía y el la que el ritual es determinante. Su escritura escénica tiene fuertes conexiones con el teatro del absurdo.
Aunque sus escritos fueron considerados al principio como pornográficos, Genet fue definido muy pronto como un existencialista preocupado por los problemas de la identidad y la alienación, y ha sido reconocido como uno de los más importantes escritores del siglo XX. En 1983 se le concedió el Grand Prix National des Lettres, el premio nacional de las letras francesas. También escribió los libros de poemas El condenado a muerte y Marcha fúnebre.
Sus últimos años estuvieron marcados por la militancia en la izquierda más extrema y la entrega a las causas radicales. Murió, enfermo de cáncer de garganta, en la soledad de un pequeño hotel, tras terminar su último libro: “Un cautivo enamorado”.